Y la verdad es que, a juzgar por la mayoría de las opiniones vertidas, los fans de este jugador podemos estar tranquilos. Todos creen en mayor o menor medida que volverá a ganar y algunos apuestan incluso por su victoria en un grande. La verdad es que lleva ya 54 torneos seguidos sin conseguir la victoria, que son muchos meses para un jugador que ha ganado 13 veces en la PGA, incluido el U.S. Open de 2003.
¿Las claves? Que recupere la regularidad, o mejor que se olvide de esos malos momentos de juego pobre que encadena aquí y allá, según el redactor senior de Sports Illustrated, Gary Van Sickle, que resume la situación perfectamente:
"Es demasiado joven para rendirse, y demasiado entregado. Creo que ganará más y que se llevará algún otro grande en su camino".
Ojalá, pero ¿Cuál? Michael Bamberger apunta hacia un aspecto esencial: las estrías. Si de verdad el control se reduce con la nueva reglamentación y Furyk mantiene el ritmo de juego, el U.S. Open vuelve a ser su gran cita.