Conocí la verdadera historia de David Duval por el gran Alejandro Beamonte, que nos ilustró sobre el devenir de la vida del campeón del British Open de 2001 en On the Tee de Golf +. Duval es un hombre ciertamente particular. Ganar un grande y ser durante unas semanas el número uno del mundo, le llevaron a un proceso de reflexión sobre el verdadero valor de las cosas. Además, la falta de confianza empezó a ser una nota dominante en su juego.
De ahí, al precipicio en poco tiempo. Esta situación estuvo, además, intensificada en su dramatismo por la unión sentimental de Duval con una mujer que tenía serios problemas de salud, que se convirtieron en la prioridad absoluta de Duval, que abandonó su juego a su suerte justo en el momento en que más tiempo necesitaba. Chapeau por él, por tener claras sus preferencias.
Ahora va a jugar el U.S. Open, se ha clasificado en la previa (66 y 69 golpes), en Benthpage Black, donde no pasó el corte en 2002, única vez que se ha disputado este grande en ese campo, en Long Island. Dice que le gusta el campo, que lo ha jugado mucho en los últimos días, que llega bien (aunque no pasó el corte en St Jude), que es, junto con el British, el mejor momento del año, que está preparado para el infierno. Eso sí, el miércoles llevará a su familia a ver Nueva York. Lo primero, es lo primero. Sí señor.
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