Lo que sí constatamos es la preocupante situación de otro deporte, mucho mejor considerado y adorado en la sociedad española. La radiografía la hacen dos compañeros de EL PAÍS en un buen reportaje sobre la situación de quiebra del fútbol. Sí, señores, el fútbol pierde dinero, a chorros, las empresas quiebran, a puñados, los concursos de acreedores están a la orden del día, las deudas no se pagan, los salarios, a veces tampoco, todos los equipos están por encima de sus posibilidades económicas... ¿A alguien le importa? ¿A alguien le preocupa? ¿Alguien llama a este deporte una actividad de pijos derrochadores? Nooooo.
Ahora, ¿Se imaginan que la situación del golf fuese la mitad de mala que la del fútbol? Pues estábamos ya camino del exilio.
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