Lo prometido es deuda. Ya dijimos en uno de los primeros post de este blog que hablaríamos de Payne Stewart, por su estilo, por su clase, por su respeto por el juego. El premio que el circuito americano concede todos los años en su nombre es un buen ejemplo de sus virtudes: el premiado es siempre un buen golfista, que ama y respeta el juego y a sus compañeros y que se implican con la sociedad mucho más allá del deporte.
Este año, bueno, hace más de dos meses, se lo dieron a David Love III, uno de esos grandes jugadores, ahora en horas bajas de juego, pero siempre con la clase y el estilo por delante. Sé que es tarde, pero quería rendir homenaje a Stewart, al premio y a cierta forma de entender el juego. Aquí les dejo un vídeo en el que se cuenta el porqué del premio y de la elección del premiado y se hace un buen resumen de la carrera de Love III.
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