Este es un tema del que quiero hablar desde hace tiempo, pero su complejidad y polémica no le hace nada sencillo de tratar. Se trata de el campo de golf de la Faisanera, en Segovia, dentro del complejo empresarial y de ocio promovido por Segovia 21. Para no aburrir a nadie con legalismos, sólo un dato: la empresa la promovió en su momento Atilano Soto, presidente de la Diputación de Segovia, Concejal del Ayuntamiento de Segovia, Presidente de la Federación Regional de Municipios y Provincias y Presidente de la propia Caja Segovia. Algo olía mal desde el principio, la historia de siempre en el desarrollo de Segovia. La zona es un monte al que ha habido que cambiar la titularidad en connivencia con uno de los municipios más oscuros de la provincia de Segovia en lo que a urbanismo se refiere: Palazuelos de Eresma. La recalificación escondía también algunos intereses turbios denunciados una y otra vez por algunos movimientos ciudadanos de Segovia.
Ahora bien, por el momento la Audiencia Provincial ha archivado la denuncia del abogado Carlos Carrasco Muñoz de Vera contra el complejo y sus promotores. Si la justicia no tiene nada que decir, ahí no entramos.
Y ahora la otra parte de la historia de siempre. Ecologistas, movimientos ciudadanos de más o menos representatividad, particulares y otros interesados se han lanzado a criticar el proyecto y, sobre todo, el campo de golf. Cómo no. Primero por la falta de agua (está a escasos kilómetros de un embalse que está parte del año tirando el agua sobrante, por no hablar del desconocimiento total de la gente sobre el uso del agua en el golf). Después, cómo no, con la manida tontería del elitismo del golf, de que hacer un campo es regalárselo a cuatro ricos, que no sirve para el desarrollo de la zona, etc, etc. No me voy a tomar la molestia de rebatir esto. Sólo diré que el golf gasta mucha menos agua que nuestra subvencionada e ineficiente agricultura y da muchísimos más puestos de trabajo.
Por cierto, los derechos de juego del campo se empiezan a vender el 2 de enero y tiene muy buena pinta. Está diseñado por la empresa de Chema Olazábal y es una pasada. Pero de eso hablaré en otro post seguramente más divertido.
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