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9 ene 2009

Seve, un mito y un gran artículo

Vale, sé que se publicó el 5 de enero. Vale, también sé que estoy a punto de enlazar a la competencia más directa del lugar para el que trabajo. Pero se trata de Severiano Ballesteros y eso lo perdona todo. El caso es que casi por casualidad me he encontrado con el artículo que Bill Elliot le dedica en The Observer, bajo el título 'Mi amigo Seve', traducido y publicado en España por el diario El Mundo.

Es un retrato perfecto, un perfil impecable que no esquiva ni una sola de las sombras de un jugador, un personaje, polémico, genial, imprevisible. Un retrato, un relato, en primera persona, sin excusas biempensantes.  Habla y lo cuenta todo, sin caer tampoco en el morbo innecesario y fútil. De todo el artículo quizás me quedaría con este párrafo, Seve en estado puro:

"Como había conquistado su primera chaqueta verde, invitó a los periodistas británicos a su casa. Aguardábamos unas 20 personas, la mayoría de su entorno español. Cuando llegó, lucía su nueva chaqueta y la corbata oficial de los miembros del club de Augusta. Jamás había visto a nadie tan feliz. A sus 23 años, era el rey del mundo. Tampoco había visto a nadie tan saludable. Cuando se lo mencioné, su rostro ensombreció y me dijo que le siguiera. Me condujo hasta la cocina, donde la puerta que la conectaba con el garaje había sido sustituida por un trapecio. "Mira eso", me dijo, "todas las mañanas tengo que estar colgado boca abajo durante 20 minutos para estirar la espalda. Me duele todos los días ¿Saludable? No, no tengo buena salud".

Así que, para qué vamos a hablar los mortales si tenemos a los maestros. Dejo la frase que más me ha gustado del artículo de Elliot:  "No ha habido ningún otro europeo con un currículo comparable. En términos de estilo, jamás lo habrá".

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