En el British tuvo su historia personal marcada por el éxito. Fue el primer estadounidense en ganar el Open en 1922, tras el fiasco de 1920 donde se plantó con toda la soberbia y el derroche material, físico y de ego que le caracterizaba.
Volvió a ganar en 1924, 1928 y 1929 para convertirse en uno de los más grandes de todos los tiempos y hacer buena, tantas veces, esa boutade en el tee del uno cuando decía: "¿Quién va a ser segundo hoy?".
No hay comentarios:
Publicar un comentario