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7 oct 2009

Golf ecológico: expresión redundante

Como ya hemos comentado en alguna ocasión, el binomio golf-ecología está garantizado de partida. No sólo porque el golf es una actividad mucho más sostenible que la mayoría de las explotaciones agrícolas (ni nos ponemos a hablar de la parte económica) sino, además, por un uso absolutamente racional del agua que se ha ido imponiendo en los últimos años.

El Club de Golf La Dehesa, en Villanueva de la Cañada (Madrid) es uno de los mejores ejemplos. El Plan Depura de la Comunidad de Madrid  al que están suscritos hace que todo el campo esté regado con el excedente de agua reciclada de las depuradoras, como asegura su director, Eladio Moreira, en una entrevista con la que me he topado por casualidad en Sports Challenge.  Moreira tira de lógica para explicarlo:

"El agua es un bien tremendamente caro y para los clubes es absolutamente necesario controlar el gasto. Aunque sólo sea por esto, los clubes siempre tendrán una razón para optimizar los recursos, manteniendo niveles de hidratación adecuados sin caer en el despilfarro".

Además, como ocurre con muchos otros campos, la Dehesa es un santuario ecológico donde viven y sobreviven especies animales y flora que no estarían donde están si no es por el campo de golf. En fin, señores, la verdad es testaruda.

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