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19 jun 2009

Business, pasión popular y golf

En lo que esperamos a ver qué ocurre en Bethpage, donde el diluvio universal hizo ayer acto de presencia, y con la duda de si el torneo se puede ir incluso hasta el martes, vamos con algunas cifras de esas que gustan.

En las previas de este 109º U.S. Open se inscribieron 9.083 golfistas de 71 países. A 150 dólares por golfista salen 1,36 millones de dólares, algo menos de un millón de euros para la USGA, que no está nada mal. Sólo con la previa. Lástima que no se publiquen los datos totales de lo que mueve el negocio.

Por cierto, no entiendo las críticas tan duras de algunos periodistas y expertos acerca del U.S. Open. Está claro que se lo ponen muy complicado, casi imposible, pero ésa es la gracia del tema, la característica especial de este grande. Y se puede ver buen golf jugando al par, tan bueno como jugando a -20. "Para hacer bogeys ya estoy yo", decía ayer en la previa de Golf + el señor Pinedo. La gracia está en que en esas circunstancias, el bogey es un premio porque el amateur puede hacer tranquilamente seis sobre el par. El buen amateur.

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