Ante las críticas más o menos veladas de no pocos expertos y periodistas sobre la extrema dificultad del U.S. Open, proponemos seis razones, no necesariamente en orden de importancia, para defender el torneo:
1.- ¿Desde cuándo las cosas difíciles, realizadas por profesionales que lo bordan, no son bonitas?
2.- En determinadas circunstancias, prefiero una vuelta al par que una en -28, sobre todo si el par lo hace un crack mundial tras tres días de esfuerzos y desafíos.
3.- Es el torneo más popular de EE UU, el grande de los estadounidenses, su pasión.
4.- No existe ningún otro torneo en el mundo en el que se inscriban 9.000 golfistas a las previas, sin límite de edad, tan sólo con el handicap máximo (1,4) como límite. La prueba está en que este año han participado un hombre de 79 y un niño de 13.
5.- Tiene querencia por Nueva York.
6.- En esta ocasión, y no es la única, se juega en un campo público, algo que me parece excepcional.
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