La resolución, llena de buenas palabras, implica que la marca no utiliza su derecho a reivindicar el acuerdo al que llegó con el Circuito en 1990. Al final, lo dicho, todo flores. Así hablaba el comisionado Tim Fichem, después de que se conociese el acuerdo:
"Solheim y Ping tenían una oportunidad única para hacer algo muy positivo por el golf y apreciamos mucho su predisposición para hacerlo"
Solheim, por su parte, ha agradecido al comisionado su labor y su comprensión ante la situación de su marca y ha celebrado que se haya llegado a una solución que, a su juicio, es buena para todo el mundo del golf. Pues eso.
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