Interesantísimo debate el vivido ayer en el programa Casa Club de Canal + golf acerca de la nueva reglamentación sobre las estrías, de la que tanto hemos hablado. En un lado, Enrique Fontecilla, en contra de la norma porque representa, a su jucio, sólo los intereses comerciales de las marcas de material y limita el espectáculo. De opinión similar era el profesional Carlos Balmaseda.
Del otro, el árbitro internacional Andrés Torrubia, lógicamente del lado de la USGA y Saint Andrews, y un comedido y riguroso jugador profesional, quien aseguraba: "Esto es evolucionar. Todo cambio para mejorar me parece bien".
En el centro de la polémica, la normativa y la utilización de los palos Ping Eye2, de la que ya hemos hablado extensamente, y la relación habilidad- espectáculo. ¿Sólo es espectáculo, como pretenden algunos, hacer 20 bajo par y back spins de 25 metros? No lo creo.
Por cierto, dos apuntes interesantes. El primero, por parte de Ernie Els, que señala no sin acierto que los torneos en la costa oeste de EE UU no son un buen examen para estas nuevas estrías y que la verdadera prueba vendrá en Augusta. El otro, de Torrubia que apunta a la posibilidad de que los estamentos que rigen el golf internacional se estén planteando limitar la apertura de los palos cortos por encima de 56 grados. Ahí, lo decimos ya, no podríamos estar más en contra.
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