Miguel Ángel Jiménez es un tipo y hoy lo ha demostrado en su victoria en el Omega Dubai Desert Classic. Al terminar su vuelta y mientras esperaba a que lo hiciesen Lee Westwood y Álvaro Quirós (antes de llevar la bola al agua y todavía en condiciones de llegar a los -11 del Pisha) no se ha ido al campo de prácticas, no se ha pegado a la tele, no ha intentado mantener sus músculos activos.
El Pisha ha pedido su funda, ha sacado su puro y lo ha encendido. Tan tranquilo. Una forma de ver las cosas, de afrontar los momentos de tensión, una filosofía de vida, como dice su web. Luego, la historia ya conocida: tres hoyos de play off contra el inglés Westwood, que tuvo dos putts para ganar más el kilométrico de eagle en su hoyo 18, que al final cayó ante la perseverancia y el sentido de la oportunidad del español.
Miguel Ángel salvó los muebles en el segundo hoyo de desempate, de nuevo en el 18, un sitio en el que un hombre de la pegada de Westwood tiene ventaja. El Mecánico no cogió calle, jugó el segundo muy corto, pegó una madera cinco por encima del agua que terminó en el bunker, la sacó mal de la arena a pesar de que, como ha recordado después Westwood es uno de los mejores, y metió un gran putt para hacer el cinco. Sin inmutarse. Una filosofía de vida. El resto es historia.
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