Vaya por delante que esta competición nos encanta, pero por aquello de hacer de abogados del diablo, citemos antes de desglosar las bondades del Acccenture World Championship Match Play, una de las pocas competiciones de nivel que sobrevive con este formato, algunos de los problemas que presenta.
Primero: como asegura Gary Van Sickle en golf.com, 18 hoyos son muy pocos para que el mejor se imponga y puede llegar a ser una competición muy injusta. Segundo: empiezan los 64 mejores del mundo (a excepción de Tiger Woods y Phil Mickelson) pero es muy sencillo llegar al jueves con algunos de los favoritos fuera, y no digo ya al viernes. Tercero... no hay tercero, dicho esto todo lo demás me parecen parabienes.
Primero, el formato garantiza golpes espectaculares y a la desesperada para llevarse el hoyo, como ya vimos el año pasado y casi en cualquier edición. Segundo, cuando la rivalidad de los jugadores es alta, no hay mejor forma de enfrentarlos que ésta. Tercero, el match play es la esencia del juego. Cuarto, el campo diseñado por Jack Nicklaus es una locura, la perfección para este tipo de competición. Cinco, si normalmente el golf es televisivo, lo del match play es ya monumental. Sexto, dura más que cualquier otro torneo. ¿Qué más se puede pedir?
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