Vaya por delante que Anthony Kim nos parece un jugador excepcional y amante, como pocos, del Match Play. Tiene estilo, mordida, agresividad y mucho golf en sus manos, como ha demostrado este pasado fin de semana en el Volvo World Match Play, pero es un mal educado que encima no aprende la lección.
Esta vez el mal gesto tuvo lugar durante la semifinal del torneo ante Allenby, a quien el estadounidense no concedió en principio un putt ridículo y después se lo dio cuando se disponía a embocarlo. Como bien dijo Nacho Gervás en Golf +, dudar dos segundos en esa situación ya es de mala educación.
Pero el niño no aprende y ya acumula una buena ristra de gestos cuando menos poco caballerosos. Por no hablar de su desconocimiento del juego y su historia. No olvidamos su malísima educación en su partido con su amigo Sergio García en la última Ryder Cup; o su eliminación en Shanghi por romper un palo.
Juega de miedo, pero el golf es mucho más. No creemos que termine de aprender la lección.
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