Seguimos actualizando todo en EL PAÍS

6 abr 2009

Chris di Marco, Tiger, el rodillo y los grandes

Chris di Marco es un muy buen jugador. Ha ganado tres torneos en la PGA, el prestigioso torneo de Dubai en el circuito europeo, metió un putt decisivo para la President's Cup de 2005, ha estado dos veces en la Ryder y, sobre todo, es un golfista querido y apoyado por el público estadounidense. Es competitivo, sólido y aguerrido, pero nunca ha ganado un grande.

Eso es algo que le pasa a la mayoría de los golfistas, me dirán, pero no de la misma manera que al bueno de Chris, neoyorquino afincado en Florida, italoamericano al más puro estilo. ¿Y por qué no de la misma manera? Porque Di Marco se ha topado las dos veces con Tiger Woods y las dos le ha podido ganar. La más clara en 2005 en el Masters de Augusta, cuando forzó el play off después de que el número uno del mundo diese, en el hoyo 16, el mejor golpe que muchos han visto en su vida. A Di Marco no le importó y no tardó en recomponerse, con buenos putts, puño en alto. Pero el Tigre es demasiado y tenía hambre de triunfo para terminar con su peor racha sin un grande en toda su carrera.

Circunstancias especiales se dieron también en el British Open de 2006, de nuevo Tiger arrebatando la victoria a Di Marco en la última jornada, por los pelos, con emoción, en circunstancias muy especiales: Tiger se recuperaba de la muerte de su padre Earl y la victoria fue muy emotiva.

Tiger es un jugador que destroza a los rivales, que se sumergen en crisis de juego en algún momento de la vuelta o al día siguiente ¿verdad Faldo? ¿verdad Montgomerie? Di Marco no cayó en esta situación o, mejor dicho, cayó y se recuperó y vio cómo Woods le metía uno de los mejores golpes de la historia y aún así no se arrugó y pudo embocar aquel chip imposible en el 18 para ganar el torneo. Pero no lo hizo y Tiger no perdona. Chris ha estado muy cerca, puede que no vuelva a estarlo, es lo que tienen los grandes, es lo que tiene el Masters.

No hay comentarios: