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11 dic 2009

Caso Tiger Woods: doble moral y golf

Vale, los golfistas son humanos y, por lo tanto, es imposible que sean seres perfectos, ni siquiera Tiger Woods. Pero ¿Quiénes somos realmente para juzgarlo? Éste es el argumento central de un excelente artículo que me pasa mi amigo Óscar Gutiérrez y que ha sido escrito en The Washington Post por Tracee Hamilton.

En él se dicen lo que, a mi humilde parecer, son grandes verdades. La primera: no ha habido un golfista igual y si lo que a usted le gusta es el golf preocúpese de que vuelva a ser el que era, que es lo que hemos tratado de analizar por aquí.

La segunda: si compraba el material o consumía productos patrocinados por Tiger, porque el golfista era bueno y honesto y no porque todo (ropa, bebidas, tarjetas de crédito, relojes) sean marcas punteras a nivel mundial, deje de comprarlo. Si no, mejor a callar y respetar la privacidad, como bien ha asegurado también el gran Jack Nicklaus.

Tracee dice así, por ir terminado:

"Si te gusta ver jugar al golf a Tiger Woods porque no has visto a nadie hacerlo mejor, entonces, ¿Qué ha cambiado desde la pasada fiesta de Acción de Gracias a este Acción de Gracias? Nada. Sigue siendo el mejor golfista del planeta. Todavía puede poner la emoción en tu sofá un bonito domingo de verano porque SABES, sabes que el grandioso podría, podrá, hacerlo en cualquier momento. Todavía puede estar en problemas los 18 hoyos y ganar. Probablemente saldrá de este obstáculo en el camino, el mayor obstáculo de arena de su carrera. Ya veremos"

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